miércoles, 11 de septiembre de 2013

Señorita... un minuto...

Ella iba de prisa, caminando sobre agujas altas, como suelen ser los tacones de las mujeres bellas que piensan que la belleza es un Don divino, y por eso tienen que estar orgullosas de ello, puesto que son las escogidas por Zeus, a esas horas de la tarde, por una calle transitada, un hombre mugroso y de mal aspecto la detuvo "señorita... un minuto", "no tengo tiempo", y cual tren veloz, se lo llevo por delante sin pensar en el hombre que había dejado atrás, en el suelo al que ella le había conminado.

De pronto sintió algo que era extraño en ella, era una molestia, se duchó, pero no se quitaba, se lleno de cremas y menjurges de esos que le daban sus amigas, para la firmeza de la piel, limpieza, antiarrugas, etc...
pero al acostarse recordó al hombre tendido en el suelo, y con el, un libro, que le había tendido, no podía dormir bien, la mañana pasó y tuvo que cubrir de base las ojeras que le quitaban la  divinidad prestada por el breve tiempo de una mariposa.

Allí estaba el, durmiendo en una banca de un parque, abrazado a sus papeles, ella pasó y le miro con compasión, esta vez, el se levantó de un salto, y se arrodilló "señorita.. solo un minuto" maldito loco, grito, emprendió la huida, con el corazón saliendose del pecho, e increpándose por la genial idea de observar a un loco, recordó su tono suplicante, al pasar el día, sintió calma de nuevo, y prometió no pasar de nuevo por ahí.

Al pasar el tiempo, acompaño a un amigo a una de esas veladas nocturnas que detestaba, al centro de la ciudad, era un encuentro de poetas de lo mas selecto, y solo la llevaba aquel por ser el patrocinador del evento, reuniendo a figuras internacionales, y escritores de antaño, esperaban al maestro Jorge Andaño, un poeta muy reconocido en su país, todos aplaudían, pero lo que se subió al estrado fue este maloliente ser humano, todos rieron, y el leyó su discurso:

"Los poetas que buscan la belleza y la fealdad están perdidos
como este servidor perdió su tiempo alguna vez en busca de ella
juzgando olores, colores y sabores como bellos o feos...
el verde brillante de los tábanos es envidiado por los modernos edificios
la piel demacrada muestra en si, la textura mas extraña y mas sabia.
no es mas la fealdad que creemos, que la belleza que no comprendemos.
fealdad la de la belleza, esa que se acerca con promesas falsas
y no resiste la primer prueba, la de los vestidos de lujo
la de los finos cuerpos y las figuras esbeltas, las de las pieles de porcelana
lo de la belleza interior es un mito, no hay tal...
ella solo esta en el ojo de quien le quiere ver
amigos, no soy ante ustedes mas que lo bello que han ignorado..."

se fue de la sala, entre risas y burlas, pero ella comprendió, que la fea había sido ella, la fealdad entonces es ceguera de lo bello,  corrió hacia el, y con voz entrecortada le dijo "Maestro, disculpe mi fealdad" el tomo un libro que llevaba entre los harapos, y le dijo "señorita, un minuto para leer" se fue, y ella entendió, se acerco al estrado, donde todos admirados escuchaban la sinfonía de palabras que danzaban en sus oídos, ese día entendió que el hombre mas bello del mundo había salido por esa puerta.

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