Alguna vez, siendo profesor
en una zona rural, vi a una muchacha muy bonita en el salón de clase
desmayarse, la saqué al patio para que pudiéramos hablar y recuperarse, le
gasté una gaseosa con algo, pero la pregunta fue "¿usted está comiendo bien?"
a lo que ella me respondió "no profe, en la casa no hay desayuno ni
cena" ese día me fui un poco golpeado, porque veía que la pobreza era un común
denominador en todas partes, y el hambre aún más, pero para no volvernos tan geopolíticos,
contaré lo siguiente.
A la siguiente semana, la misma
niña hacia fila para el desayuno, y se retiró porque le dijeron que era huevo
perico, que ella no comía eso, y yo le pregunté si había desayunado, y ella me
dijo que no, pero que ella no comía de eso, solo atiné a decirle que con la
salud no se juega, pero así hay millones, ricos, pobres, medio pobres, medio
ricos, que les da asco la pizza con piña, que se asquean con la cebolla
cabezona o la cebolla larga, que quieren que les hagan los huevos así o tal vez
de otras maneras, melindrosos como ellos solos.
Y no es que tengan derecho a
ser diferentes hasta en el comer, pero a mí me educaron para sobrevivir con lo
que haya de comida, y sinceramente me parece de lo más estúpido creerse único o
mejor persona por no comer esto o lo otro, en ese sentido, somos unos
privilegiados, unos debiluchos al comer, unos melindrosos.
Y no estoy diciendo que toda la
gente deba pasar hambre como yo la pasè, porque vemos que eso no sirve, o se
vaya a prestar servicio militar, porque a otros tampoco les sirve, es solo que,
si la comida es comida, y no está sucia, cómansela, no jodan tanto...
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