Es de fácil conocimiento que los perros
han sufrido modificaciones desde su origen como ancestro primo de los lobos
hasta ahora, las ciento de razas caninas, preferidos por muchos, en especial
por ser un animal de compañía empático, que demuestra emociones y sabe
retribuir cariño, entre sus rasgos está el ser un protector y un aliciente de supervivencia en la soledad, pero algunas modificaciones de selección artificial son
sinceramente caprichosas.
En lo personal, no me gustan los perros
pequeños, pomeranians, pinchers mini y chihuahuas, nunca se les ve calmados, están
nerviosos y rabiosos todo el tiempo, en un origen, los perros de buen tamaño, y
singular fuerza parecen tener más control sobre sus emociones, la modificación
a canino de bolsillo parece que les afecta de sobremanera, ruidosos, con ojos
saltones, parece que fueran a perder sus globos oculares con cualquier ramita
(de hecho, vi una vez como un pitbull se los arrancó, nada agradable) los perros
nerviosos sufren una vida de tortura, por sentirse inferiores en tamaño, saben
que no pueden ser competitivos, por lo que para generar una campana de protección,
estallan en alaridos y ataques de ira constante, nada agradables, el cuerpo
tembloroso se involucra en toda su actividad, sus orejas cortas, inútiles y
demasiado vulnerables al polvo, los ácaros, las garrapatas, etc...
Realmente, la manipulación genética de
estos animales debería ser considerada crueldad animal, y hacer lo posible por
desaparecer la desagradable practica de reproducirlos, hasta el punto de
extinguirlos. Ya sea por esterilización, o por simple cruza con especies menos neuróticas,
no hay todavía psiquiatra para perros, pero podemos confiar en que los
animalistas exigirán en un futuro cercano uno de carácter público, sin
importar, por ejemplo, que cierren dos o tres clínicas de reposo humanas.
No hay posibilidad aun de atenderlos con
medicamento para su padecimiento crónico, ya que de sufrir los efectos
colaterales que advenimos los homo sapiens, los veganos se abalanzarían sobre
incautos e inocentes científicos, arguyendo que los animales son más dignos que
nosotros, pero nada mal le caería a un pincher una pequeña dosis de risperidona
al día, y hay que agradecer que carecen de nuestra evolucionada corteza
cerebral, porque nos la llevaríamos muy mal con los ataques de psicosis de un
pomeranian.
Un hombre (de género masculino) de
inclinaciones sexuales heterogenitales se inclina obviamente por un perro de
caracteres más grandes, que tenga más defensas para la vida, la selección
artificial del siglo XVIII, XIX y XX en la comunidad victoriana, afectada por
las nerviosas y mal cogidas mujeres europeas de la época crearon sus símiles en
estos pequeños esperpentos que dan más pena que lastima, no es nada raro ver a
personajes en apariencia tan faltos de cerebro como Paris Hilton cargando a un
descendiente mal trecho de un feroz can en una cartera pequeña, eso no es vida
para un comunidad que peleaba contra osos, y otros depredadores, acostumbrados
a espantar los terrores nocturnos de los primeros desvalidos hombres luego, en
mi opinión, esta es una aberración contra natura que afecta al plan divino, el
de Thor, que no hubiese querido a un chihuaheño en el Valhala...
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