miércoles, 3 de diciembre de 2014

Las mujeres no tienen amigas...

Ellas lo saben, no tienen amigas, las únicas que tienen amigas son las feas, (defínase por mujeres muy alejadas de cualquier convención de belleza), escriben "amigas para siempre", "cuando nos juntamos, hacemos locuras", "mejores amigas por siempre", pero la verdad, y así suene misógino, la amistad femenina tiene tanta duración  como lo que dure en atravesarse un hombre, o en casos homosexuales, una mujer.

Es simple,  parece que la lealtad femenina hacia su congénere no suele ser tan alta como la de los hombres, y por eso, ellas suelen intentar destruir las amistades masculinas cuando llegan a una relación, "esos amigos tuyos me caen mal", "son unos groseros, viciosos, patanes, mujeriegos, etc..." los odian a muerte, y tiempo después usted se queda sin amigos, la relación dura algún tiempo hasta que usted rompe con su amor eterno, a los pocos meses es muy probable que la vea de la mano con el amigo que más odiaba, meses de difamar y calumniar al personaje, y ahí está, dándole un beso francés en el andén del centro de la ciudad, a plena luz del día.


entre mujeres es normal eso de quitarse los hombres, un error inequívoco de una mujer ingenua es contar como es el amante en la cama, con detalles,  su duración, su eficiencia, y todos los demás aspectos, además de todos los detalles románticos, las canciones dedicadas, esa vez que se apareció con  un grupo en vivo desde una camioneta para dedicarle una serenata, craso error, todas sus "amigas" están deseando lo mismo, es más, lo quieren solo para ellas, no significa que van a buscar un hombre igual, no, van a buscar a ese hombre, el novio de su amiga, Consejo? no cuenten esos detalles.

Una mujer se puede enamorar incluso de un bolso, de unos zapatos, de una hebilla, y robárselo, o comprar uno parecido, por eso ellas se reúnen a mostrarse sus nuevas adquisiciones, y recorren los estantes de zapatos durante horas y horas sin encontrar nada aparentemente de su gusto, porque están buscando el arca perdida de los zapatos de la discordia, los que alimenten toda envidia. Pero ellas lo encubren con palabras cariñosas "amiga, que lindos te quedan, ¡donde los encontraste?" suelen ir  a buscarlos.

Es normal ver en un grupo de hombres, por más guaches que sean, una correría de mujeres, que por lo general quieren ser sus amigas, claro, como si ser amigos fuera así de sencillo, así que vendrá la consigna de la bonita "no me gusta tener amigas, me encanta estar entre hombres", claro que les gusta, no tienen que cuidar sus convenciones, pueden decir groserías, escucharlas, insultar sin temer represalias, son admiradas y deseadas, e incluso hasta protegidas, ¡qué mujer no quiere ese trato? pero hay que tener precaución, que los hombres de las mujeres por lo general somos malos amigos, y luego en alguna reunión masculina surgen los detalles de cómo pasó por armas de todo el grupo. Sin rencores, ni envidias, un hombre maduro tiene en claro que si algo sucedió es porque dos personas lo permitieron.


Por eso, amigo hombre, los amigos nunca se dejan, a pesar de las discordias, las peleas,  los insultos, está en nuestro ADN, sabemos que la única manera de sobrevivir a esta selva de cemento es permanecer en manada, la manada nos protege, nos da vida, y nos divierte mucho,  las mujeres recogían frutos, no tenían que colaborarse todo el tiempo, escogían el más bonito, el colorido, el dulce, y lo mostraban a las demás, cuya envidia despertaban, e intentaban quitárselo, o en el mejor de los casos, magullarlo, o dañarle la canasta, a una reunión de amigas fieles se les llama aquelarre, porque es extraño encontrarles, rara vez están juntas, y cuando se reúnen, algo raro tiene que pasar, como el 11 de septiembre.

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