El Telefono

Es algo que me cuestiono, un telefono con minutos para llamar, y odio que me llamen, odio llamar, ya no soporto hacer visita, se me calienta el oido, el manos libres parece que me infectara el oido, y algunas veces me piden que repita lo dicho, si es fijo, no me gusta contestarlo, a la mierda ¿porque quiero un misero telefono?

mis conversaciones son algo asi:

-Alo, ¿con mateo?

-Si, ¿con quien hablo?

-pues con William pendejo...

- aaaah, ¡¡ y que mas meeeen!! que se cuenta...

- no nada parce, trabajando como negro...

-bacano, parce, y eso ¿para que me llamaba?

-parce. para que se acuerde de llevarme la linea que me pidio prestada (ah mierda, ya, que me diga cuando y ya, se me calento la oreja, me dio ansiedad)

- Men, es que la linea, como que se rompio, yo te la llevo en estos dias...

-ah bien, todo bien, hablamos (vida hijueputa, porque presto las maricadas)

-men, pero yo le respondo, es que fue gracioso, el baterista se tropezo con ella, y dijo "santos helados de crema)

- jajaja, todo bien, parce, entonces nos hablamos (ya callese malparido, me aburre, y no quiero hablar mas)

- Ve, pero.... (tuuuuuuuuuuuuuuuuu, tuuuuuuuuuuuuuuuuuuu, tuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu...)

Y asi se pasan los miseros minutos, que a veces no gasto ni yo, me la paso chateando, bajando informacion, escuchando musica, no recibo una puta llamada en todo el dia, y si al recibo digo para mis adentros "ay jueputa, ahora que debo, o en que me meti", si es algun conocido es "fijo el hijueputa me va a pedir plata prestada", si es temprano pienso "agh, marica, que malo habrá pasado, no me joda" y si es del trabajo "esto no puede ser bueno, fijo se daño algun plan"

Ahora me pregunto ¿para que putas gasto tanto en telefono? no lo uso yo, lo usan mis amigos desplatados, esos si que aman hablar por telefono todo el dia, asi les de un cancer de cerebro, o lo que sea, soy el alma caritativa de los minutos, el telefono deberia por lo menos decir "te amo", porque ese si come ma sque niño chiquito, y pide carga electrica cada rato, oh bendito karma del status quo que nos sometes a quejarnos de lo que tenemos, para luego tragarnos nuestras amargas palabras en tiempos de angustiosa necesidad...